Me enteré de la apocatombre económico-financiera a través de los conductos de información habituales. Unos testigos de Jehová llamaron a mi puerta invadiéndome con todo tipo de proclamas catastrofistas remarcando una y otra vez la necesidad de salvarse, de encontrar respuestas en -como ellos mismos reiteraban- "esta época de crisis".
¿Crisis? Yo no sabía nada.
En donde yo vivo, nuestro máximo mandatario es el típico desgarramantas que no deja contento a casi nadie. Afirma que no hay crisis, de manera que decidió impulsar recientemente un conjunto de medidas con objeto a combatir la no crisis.
Sustituir la distribución de metadona como desintoxicante por la horchata de chufas ha sido una disposición especialmente impopular. Ante esto nuestro dirigente chisgarabís informa: Quizás no combata tan eficazmente la adicción, pero resulta mucho más refrescante.
Ante la subida de precios en productos de primera necesidad nos propone ser originales: ¿Han probado el dog chow?
Para colmo releo perplejo en la prensa que condenan a un magistrado por tratar de esclarecer el asesinato de Laura Palmer. Y que el combustible fósil sinónimo del dolar, el crudo, vuelve a estar camino de las nubes. A esto sí que no hay derecho: encima que es caro, está muy poquito hecho.
martes, mayo 18, 2010
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