viernes, marzo 30, 2007

Another three


Servicios en los bares:

Es curioso, que cada vez con mayor asiduidad, los aseos ubicados en el interior de bares, restaurantes, pubs y demás locales, presentan en sus iconos diferenciativos de sexo una creciente ambigüedad que parece no tener límite conocido. ¿Reflejo de una sociedad cada vez más difuminada sexualmente o simplemente innecesaria y estúpida modernez?


Se pierde el kárate:

¿Qué ha ocurrido con el kárate en este país? ¿En qué momento se produjo la decadencia de este deporte en su faceta de actividad extraescolar? Antes, era ejercicio cotidiano contemplar a todas esas criaturitas salir de sus respectivos centros educativos ataviados con sus kimonos y fajines de tonalidades diversas. Ahora sin embargo, apenas se ve alguno.
En cuanto al origen de su anterior popularidad, cabe preguntarse ¿De dónde nació el interés progenitor de adiestrar a sus retoños en la cultura de las artes marciales? ¿Es que acaso pretendían entrenarlos de cara a alguna invasión externa (tal vez alienígena) que sólo podía combatirse a base de ippons, keitos y kakutos?


Sociedad apática:

En esta sociedad actual, tan efectista y llena de urgencias, en la cual se busca siempre lo inmediato, el resultado a corto plazo, resulta cada vez más dificil tomarle apego a los distintos seres , objetos y demás elementos que nos rodean. Un día están y al siguente se han esfumado, cayendo al país del olvido, a la misma región en la que habitan los calcetines abandonados por su pareja.
En concreto, centrándonos en los animales, la cuestión es ¿Cómo es posible encariñarse de ellos, si cada dos por tres nos cambian las mascotas de los cereales?

jueves, marzo 22, 2007

El hombre del tiempo

Sólo tengo constancia de una cosa peor que la muerte: un meteorólogo jocoso, chusco, dicharachero y bromista. Un hombre del tiempo amante del chascarrillo, la anécdota, la cuchufleta, la gansada, la burla y la mofa.
Porque de un climatólogo, el pueblo demanda que éste sea monótono, insensible, calmado, anodino, lineal, tedioso... .

Que su naturaleza y finalidad sea meramente informativa. Un hombre de su tiempo que se limite a declamar sobre borrascas, anticiclones y demás alteraciones atomosféricas.
Ruego por tanto, absténganse de pretender transformar el mundo a través de la información meterológica.

Y es que, en esta época que nos ocupa, he visto personas con ansias y actitudes con objeto a cambiar el orbe en el que habitamos en las más diversas formas y medios, de los más elementales a los más insospechados. He observado entes valerse de un espacio de información culinaria y de bricolage entre otros, como base a sus propósitos trascendentales, y la verdad es que el resultado no lo encuentro del todo desfavorable. Pero hacerlo a través de los escasos minutos en los que se extiende la predicción climática en los espacios informativos, hace que el resultado final lejos de ser memorable, se manifieste como algo forzado, fingido, teatral e histriónico, más digno de un sainete o de un triste vodevil que de otra cosa.

Será que soy muy clásico.

jueves, marzo 15, 2007

Rómulo el romo

Yo fui criado por los pelícanos. Hasta ahí todo normal.
Si bien es cierto que desde el primer momento yo era consciente de que no era como los demás que me rodeaban, nunca tuve duda alguna que distinto o no, yo era un pelícano como todos ellos. Un auténtico pelecanus onocrotalus.
La educación que recibí fue la correspondiente a las aves palmípedas acuáticas, de la cual hoy no tengo queja, y en cuanto a los aspectos nutricionales, mi dieta se componía a base de pescado, que si bien no me disgustaba en su momento, sí que a veces se hacía un tanto reiterativo.
He de decir, que lejos de las antiguas creencias medievales que establecían que estas aves alimentaban a sus polluelos con su propia sangre -llegando a convertirse en iconos del cristianismo-nuestra madre, si bien no hacía nada de esto, sí nos daba algún que otro picotazo en la mollera cuando no nos comportábamos como correspondía.
Pero mi plácida y naturalista existencia tomó un giro radical a partir de cierta expedición científica, cuyos expertos al reparar en mi persona y el hábitat en el que me encontraba, aparte de maravillarse, decidieron que ese no era el lugar en el cual yo debía hallarme. Me arrancarón de mi hogar, como quien arranca una planta, y ni siquiera me dieron la oportunidad de despedirme de los míos. Así es la vida supongo, uno es toda su vida un pelícano, y de repente, en lo que se tarda en pestañear o chasquear los dedos, se es un hombre.
Los siguientes quince años los pasé en un recinto especial construído especialmente para mí, rodeado de toda clase de hombres de ciencia que me estudiaban y me enseñaban a ser como ellos decían una persona normal. Fueron años muy duros y difíciles para mí, y aunque echaba mucho de menos a la que fue mi familia, gracias al intenso aprendizaje al que fui sometido, descubrí un mundo de infinitas posibilidades. Aprendí entre otras cosas, a que existe alimento más allá que el pescado y sobre todo, aprendí a a leer y escribir. Sentí una fascinación especial por la lectura, donde relatos excepcionales como El libro de la selva, Tarzán de los monos o La leyenda de Rómulo y Remo, se conviertieron ya para siempre en mis libros de cabecera. Y es que esas obras, que me emocionaban hasta la médula, sacaban toda la nostalgia reprimida que se encontraba en mi interior. Nadie me comprendía mejor en este mundo que aquellas páginas manuscritas.
Tras salir finalmente de la supervisión de los otros hombres y mujeres que se ocupaban de mi, tocaba enfrentarse al mundo exterior. Ésta vez, sólo. Y la verdad, es que no me fue nada mal. Monté mi propio negocio, encontré una hermosa mujer que a día de hoy sigue enamorada de mi, y por supuesto, seguí leyendo y aprendiendo.
Esto son solamente los primeros apuntes, un borrador de mi autobiografía que pretendo escribir detalladamente durante los próximos años. Y aunque he alcanzado cierto grado de felicidad, nunca he dejado de ser un hombre melancólico que arrastra un perenne sumidero de tristeza. No puedo evitar sentirme como un excéntrico millonario de pelicula al que le arrebataron el juguete más querido de su infancia.
Considero, que después de tanto tiempo, ya por fin puedo exclamar a los cuatro vientos cardinales, que soy completamente una persona normal y corriente como los demás, que gracias al fenomenal invento de la televisión, y a la alantoína en forma de gel de baba de caracol, aunque le cuesta sudores llegar a fin de mes, tiene la piel muy tersa y suave.

jueves, marzo 08, 2007

Retrato y supuestos del transporte público

Fue el científico y colombófilo Markuss Ridonda, quien elaboró los principales supuestos referentes al transporte público y en concreto a los autobuses, en su libro "Retrato de un autocar con letra movida", escrito a caballo (que no en caballo) entre las localidades de San Roque y El Puerto Sta María en un asiento algo apretado que no le permitía estirar bien las piernas.
Los principales supuestos que recogió el Sr. Ridonda fueron entre otros:

1.-Que el transporte público extrae lo peor de las personas, de modo que revela y potencia los peores sentimientos de los seres vivos con posibilidad de habla y grazneo. Concretamente, en su estudio se recoge que las actitudes que más comúnmente florecen son aquellas que hacen honor a la insolidaridad y el egoísmo más feroz. En dos palabras: la jungla.

2.- Que los usuarios sienten predilección por aquellos transportes que cuentan con una cabeza visible o responsable, con el fin de poder sugerir o reprochar sobre algún tema o desavenencia.

3.- Que dicho servicio público satisface las necesidades encuestadoras e interrogativas de los posibles usuarios. Aquí, el profesor Ridonda, establecía el siguiente ejemplo:

Autobús Línea Puerto Santa María - Cádiz (entiéndase indicado en gran letrero sobre el frontal del autocar)

Posibles usuarios (dirigiéndose a la cabeza visible/responsable del autocar):

-¿Este va pa Cadi?
-¿Va pa Cádiz?
- ¿A qué hora sale el de Cádiz?
-¿Este es el de Chipiona?
-¿ A qué hora es el último de vuelta de Cádiz?
-¿El de Jerez sabe a que hora viene?
-¿Este pasa por Puerto Real?
-¿Este va pa Sevilla? ... ¿No? ... ¿Y sabe a qué hora pasa?

4.- Que el insulto y la guasa están a la orden del día, pero siempre bajo la siguiente premisa: podrá el usuario exclamar cualquier cosa que se le ocurra, que el responsable jamás abrirá las puertas del transporte, a no ser que pronuncie las palabras mágicas (aunque lo haga en un tono bajo) -chófer cabrón-, en cuyo caso el usuario se sentirá cual Moisés o Alí Babá, pues las puertas se abrirán rápidamente como por arte de magia. Sólo es cuestión de aprender las palabras correctas.

5.- Y la última y quizás más elemental de las conjeturas expuestas por el Sr. Ridonda: al fondo hay sitio. Siempre.

viernes, marzo 02, 2007

El hombre en remojo

Un hombre desnudo
en el mar.
Es libre.
Todo,
nada,
recien nacido,
cristal.
En el mar,
es un hombre sin nombre.

Un hombre en la ducha. Es esclavo. Sobreactúa. Es Jack Nicholson, De Niro, Sinatra, Paul Anka. Es hiperbólico. En la ducha, no es un hombre. Es un superhombre.