El 1876 un hombre llamado H. J. "Six Fingers" Johnson intentó explicar sin mucho éxito al hombre que lo había desplumado al póker que había perdido por unos 57 x 88 mm. Esa era la medida habitual de las cartas de juego, y puesto que su rival logró un full house con la última carta y a él se le fue al traste un proyecto de escalera real, Six Fingers entendía que había sido derrotado por tan sólo una carta, representando estas dimensiones la delgada línea entre el fracaso y el éxito. Six Fingers fue reconocido oficialmente en las páginas de historia, como el primer hombre que logró medir la derrota.
Ya a principios del siglo XX un futbolista de un modesto club de la localidad de Sheffield, tras perder su equipo un partido por dos goles a uno, exclamó la siguiente frase ante los medios que se acercaron a recoger sus impresiones: "Hemos perdido por 12 centímetros". Los periodistas no comprendieron nada, hasta que alguien les informó que 12 cms era la anchura que tenían los postes de las porterías del estadio de Sheffield. Y es que, en aquel encuentro, el equipo en cuestión había disparado hasta cinco veces a los postes.
También fue famoso el caso de un conocido golfista que perdió un Open Británico de manera increíble tras salirse la bola del hoyo en lo que parecía un putt perfecto y el de un jugador profesional de billar que perdió la partida de su vida tras rebotar la bola ocho repetidas veces en los picos de la tronera.
Estas y otras excusas fueron las que me propinó hace unas semanas mi barbero, cuando mientras me recortaba con tremenda pasión las patillas, estuvo a tan sólo un pelo de rebanarme la oreja derecha.
lunes, junio 22, 2009
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