viernes, abril 06, 2012

Preludio de lo inaceptable

Fue durante la recepción en la morada de la Condesa de Bewery cuando se dieron todos los ingredientes de lo que el manual del protocolo según lo acordado en la Asamblea del ducado de Kent de 1673 considera como meridianamente inaceptables. En primer lugar, como bien me hizo notar el adjunto al embajador -a quien considero un Lancaster de los pies a la cabeza con todo lo que eso conlleva-  los relojes de la casa, si bien no estaban gravemente retrasados, sin duda no estaban sincronizados con el minutero de nuestra querida Autoridad Portuaria como es bien mandado. Algunos de los comensales no dudamos tampoco en coincidir -entre murmullos claro está- en que el ahumado del arenque había sido realizado a un par de grados por encima de lo recomendado y en cuanto al servicio de té, este fue despachado con juego de porcelana China en lugar del delicado esmalte proveniente de Worcester.

Durante la tradicional partida de bridge - la cual se disputó según las reglas modernas del juego, ignorando gravemente la norma del marqués de Lansbury- los temas de conversación no fueron ni de lejos los más acertados. En lugar de tratar cuestiones sumamente importantes en lo que concierne a la vida del Imperio, como la meteorología, el estado de nuestros hurones o la cuestión sucesoria respecto a la herencia de los Kent, algunos de los participantes insistieron asombrosamente en introducir materias tan poco adecuadas como la política internacional o los últimos resultados de la liga de cesta-punta.

Lo único realmente salvable fue el emotivo discurso sobre nuestra Reina pronunciado por el Comodoro O'Mailey, de quien se había dejado caer en las horas previas que finalmente no aparecería con motivo de las aflicciones que puntualmente le acechan con el advenimiento de la estación primaveral. Sus palabras fueron las siguientes:

The first time I met the Queen was in 1981, during a reception at Windsor Castle. I remember her beautiful –as she is- , but wearing a big ridiculous yellow hat. I was next to the Canadian’s ambassador and we couldn’t help laughing and sharing jokes all the evening.


Suddenly, the Queen appeared just in front of us. She came up and said “I know guys, what you are laughing at; you are joking about the countess’s hairstyle, and not my hat, aren’t you?”
I was surprised. I had heard a lot of stories about Queen’s lack of humour, so that was shocking.


But these lines are not about humour or funny hats. No Sir. They are about respect. Because like most of English citizens, I respect our Queen above all the things. She is the person who takes care of us, and she is the light that guides us. In gambling terms, when I have to bet, the Queen is my best horse (but I don’t mean to say that the Queen is a horse, for God's sake). I just want to say: GSTQ.

No hay comentarios: