La fama le trajo a John Dexter Sullivan lo que ésta suele traer. Así, al margen de sus negocios, la vida del sr. Sullivan comenzó a cocinarse con nuevos ingredientes tales como una vida casera, amigos honestos, mujeres desinteresadas, hijos reconocidos, etc. Pero la fama, también trae la envidia, y la envidia crea enemigos. Y al sr. Sullivan se creó un poderoso enemigo.
El dr. Vornoff, también conocido como el científico-ventrílocuo era un importante magnate que se había enriquecido gracias al negocio del calzado con cordones, logrando desplazar a la firma rival Fish & Shoes del mercado tras la crisis de los mocasines, haciéndose por tanto su empresa What Shoe? con el monopolio zapatero. El éxito en la industria del calzado, le sobrevino totalmente de improvisto, pues el negocio era tan sólo una tapadera que ocultaba su verdadero plan, que -como no podía ser de otra manera-, era dominar el mundo.
En su carrera por dominar el mundo, el dr. Vornoff vió en Sullivan un peligroso enemigo, ya que creía firmemente que éste se proponía dominar el mundo al igual que él, y que aquello de la cocina-equilibrista, no podía ser sino otra tapadera.
Poco a poco, John Dexter Sullivan comenzó a verse acorralado, por hechos que él no alcanzaba a comprender. Estaba siendo sometido a una persecución constante y no entendía el por qué. Y aún menos imaginaba, que detrás de todos esos actos, se encontraba la siniestra figura del dr. Vornoff.
En primer lugar, John tuvo que enfrentarse a una inesperada huelga de sus camareros funambulistas, lo que le produjo un enorme contratiempo, tuviendo que aceptar finalmente cada una de sus reivindicaciones. Semanas más tarde comenzaron a acosarle con constantes inspecciones de seguridad, analizando cada mínimo detalle, de manera que le llovieron miles de multas, por no contar sus locales con los requeridos arneses de seguridad para su personal empleado. Nunca habóa oído hablar de algo tan terrible como era aquello del riesgo laboral. Y es que John no concebía el funambulismo con arneses, lo cual le desproveía de todo romanticismo. Por último, una campaña de desprestigio contra todo lo relacionado con el circo, le hizo tremendo daño, y su negocio se resintió tremendamente.
John, totalmente abatido, vió como su negocio se fue desplomando cual castillo de naipes, de manera que poco a poco se fue desvinculando de todo aquel mundo que había creado con sus propias manos, y fue legando sus propiedades a distintas manos de confianza, hasta retirarse definitivamente. Mientras tanto, el dr. Vornoff, soltaba en su laboratorio, la más diabólica y desapacible de las carcajadas imaginables.
Los últimos años de su vida, envejecido y distante, John, retirado de todo acto público, vivió tranquilamente en una pequeña casa sostenida por una rosquilla rectangular, donde dedicó sus últimos años a traducir al esperanto la obra del extraño poeta Alexander Funungus.
El primer día de octubre de 1.999, falleció John Dexter Sullivan y sólo hubo un testigo. Fue su amigo y biógrafo particular, el sr. Sennoma, quien tuvo el honor de escuchar sus última palabras.
Según cuenta el Sr. Sennoma en su libro El equilibrismo como ideología, John Dexter Sullivan, antes de fallecer le transmitió una enigmática frase, que se convirtió en su Rosebud particular.
Investigadores de todo tipo, llevan trabajando todo este tiempo en esa frase, último legado del sr. Sullivan, sin resultados convincentes.
Aquel día de octubre de 1.999, según el sr. Sennoma lo que John Dexter Sullivan dijo fue: Lo correcto no es lo real. Y cerró los ojos, para no volver a despertar.
viernes, agosto 25, 2006
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1 comentario:
Noble vida la del señor Sullivan.
Qué sería hoy en día la estructura de jamón sobre columnas de patata...Un gran hombre, sí señor, un visionario...
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