Hay quien afirma con vehemencia que la debacle del mundo occidental comienza cuando en 1.901, un jovén inglés llamado H.Cecil Booth (no confundir con su hermano, de idéntico apellido) inventa la aspiradora. Todo comienza cuando dicho joven en 1.898 asiste a la demostración de un tipo americano que presentaba una nueva máquina “extractora de polvo”. El aparato consistente en una caja metálica, provista de una bolsa de aire comprimido proyectaba aire sobre la alfombra. El polvo y la suciedad que levantaba caían dentro de la caja. Buena parte del polvo no se introducía en la caja y volvía a depositarse en la alfombra.
Esto hizo pensar a nuestro querido inventor a divagar sobre la succión, encontrando que la solución conssitía en hallar el filtro adecuado, que permitiera el paso del aire pero retuviera el polvo. Así, en 1.901 patentó su aspiradora de polvo.
Los comienzos no fueron fáciles. Las enormes dimensiones del aparato, hacían que tuviera que ser manejado por dos personas, por no hablar de las dificultades pasa su movimiento y transporte.
La solución al problema fue cosa de James Murray Spangler, un inventor de avanzada edad, sin éxitos en su haber . Su primera aspiradora, fabricada por él mismo, utilizaba un viejo motor de ventilador montado sobre una caja de jabón, cuyas grietas habían sido cerradas con cinta adhesiva. La bolsa de polvo era una funda de almohada. Spangler patentó este invento en la primavera de 1908. Lo curioso es que el Sr. Spangler, era alérgico al polvo doméstico. Esto hace que me pregunte algo, ¿En qué momento de la historia de la humanidad logra el hombre domesticar al polvo? "El polvo era salvaje y el hombre lo domesticó ..."
A lo que iba. ¿Qué clase de tecnología utiliza una aspiradora para hacer ese ruido que parece provenir de las mismas entrañas del infierno? Somos una gran generación de jóvenes traumatizados por este ruido monstruoso. ¿Por qué nuestras madres no utilizan la silenciosa escoba? Yo tengo la respuesta. Lo que ocurre es que la función principal de la aspiradora ya no es la de aspirar el polvo, sino la de eliminar los pequeños bichitos que aparecen en el techo. Para eso se usa principalmente. Las bolsas de aspirtadora son auténticos cementerios de dípteros, himenópteros y demás ordenes de insectos. arácnidos u otras especies.
La aspiradora emana un ruido tan desagradable que sólo es comparable al que puede provocar una carraca o un secador de pelo. Por cierto, ¿Sabían que el secador de pelo utiliza la misma tecnología que la aspiradora? Por eso suenan igual.
El caso es que su utilización debería estar regulada por la O.M.S. ; nada de usarla antes de las 12 del mediodía sería una buena medida. Se trata de un alarmante y evidente caso de contaminación acústica.
La última pregunta que lanzo al aire es ¿Cómo es posible que en la época de revolución tecnológica en la que vivimos, no haya sido posible sustituir ese diabólico soniquete por una cálida melodía como la de la cucaracha?
sábado, abril 01, 2006
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