domingo, febrero 19, 2006
Manhattan
"Capítulo primero. Adoraba Nueva York. Era ... su ídolo." Hem, no pongamos mejor "La había hecho desproporcionalmente romántica. No importaba cual fuese la estación, para él era una ciudad en blanco y negro que vibraba al son de las grandes melodías de George Gerswhin". Ahh, empecemos otra vez.
"Capítulo primero. Veía Manhattan desde un ángulo romántico en exceso, como le ocurría con todo lo demás. Le enardecía el ajetreo de la gente, el bullicio del tráfico. Para él, Nueva York significaba mujeres guapas y tipos listos que se las sabían todas". No, no, cursi, demasiado cursi ... para mi gusto. Bueno, empecemos otra vez, a ver si sale más profundo.
"Capítulo primero. Adoraba Nueva York. Para él, era una metáfora de la decadencia de la cultura contemporánea. La misma falta de integridad individual que impulsa a tanta gente a buscar la salida más fácil, convertía velozmente la ciudad de sus sueños en ...". No, esto va a parecer un sermón. Vamos, ya se sabe, para qué negarlo, yo lo que quiero es vender el libro.
"Capítulo primero. Adoraba Nueva York. Aunque era para él una metáfora de la decadencia de la cultura contemporánea. Que dificil es existir en una sociedad insensibilizada por las drogas, la música estruendosa, la televisión, el crimen, la basura". Demasiado tajante. No quiero que me tomen por un escritor de protesta.
"Capítulo primero. Era ... tan fuerte y romántico como la ciudad que amaba. Tras sus gafas de montura negra, se escondía la fuerza sexual de un tigre". Eso me ha gustado. "Nueva York era su ciudad. Y lo sería siempre".
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