En tiempos de siembra aprende, en la cosecha enseña y en el invierno goza.
La senda del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.
Quien desea y no actúa engendra la plaga.
El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca llegará a estrella.
Las horas de la locura el reloj las mide; pero ningún reloj puede medir las de la sabiduría.
Si el necio persistiera en sus necedades llegaría a sabio.
Las prisiones se construyen con piedras de Ley; los lupanares con ladrillos de religión.
La desnudez de la mujer es obra de Dios.
Piensa por la mañana, actúa a mediodía, come al anochecer y duerme por la noche.
Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.
Los tigres de la ira son más razonables que los caballos de la instrucción.
El débil en coraje es fuerte en astucia.
Si otros no hubiesen sido tontos, tendríamos que serlo nosotros.
La verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.
domingo, enero 15, 2006
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