viernes, noviembre 30, 2007

Represalia

Dicen por ahí que la venganza es un plato que se sirve bien frío. Y se se trata de una crema a base de puerros, mejor que mejor.
LLegó a mis oídos que la vendetta debe suministrarse a baja temperatura, así que a mis enemigos les serví una apetitosa vichyssoise.


Hay también quien le echa apio.

viernes, noviembre 23, 2007

Comparecencia


Tenía que dirigirse con tal caracter de urgencia a la nación a la que representaba, que sus asesores no habían dispuesto del tiempo necesario para elaborarle el discurso, de modo que no le quedaba más remedio que improvisar.
Se consideraba un tipo preparado, no cabía duda, pero pocas veces antes le habían asaltado tal sensación de nervios e inquietud como en ese justo momento. Se repitió varias veces a sí mismo que todo era cuestión de mentalizarse, de saber encontrar las palabras adecuadas.
Una vez llegado el momento, ya situado en la tribuna, cerró los ojos y las palabras salieron de su boca de una manera casi mágica:

... doble axel ... flip ..... triple lutz ..... loop ....... vértigo en ángel .... russian split ..... axel invertido ...... doble salchow ..... impresionante ...... salto árabe ...... .

Al fin y al cabo, consideraba la política como algo provisional, ya que siempre había soñado llamarse Paloma y ser comentarista de patinaje artístico.

viernes, noviembre 16, 2007

La partida

Un hombre de edad adulta, sin causa aparente que lo justifique, va y desaparece. Sin dejar rastro. En un día como otro cualquiera, el tipo va a trabajar y no vuelve. Nadie sabe nada. Nadie sabe donde se encuentra.
Sus familiares, preocupados, dan parte a las autoridades competentes. Los medios se hacen eco de la noticia y su foto se publica en todas las primeras páginas de las gacetas locales. Los habitules temas de tertulia entre los conciudadanos pasan a un segundo plano. Sus allegados, colocan su fotografía en cada farola, en cada tablón de anuncios, en cada rincón. Arriba del retrato, la frase "Desaparecido". Abajo, un número de teléfono.
Pasan los días y la imagen del ausente en los periódicos se va viendo desplazada , poco a poco hacia rincones donde es más dificil de ser avistada. Cada vez más pequeña, cada vez más cerca de las páginas finales.
Pasan las semanas y la fotografía es sólo un recuerdo de quien la ha retenido en su memoria. En la mayoría de las farolas, tablones y demás lugares en los cuales se insertó, el retrato apenas se sujeta por una desvencijada grapa a punto de soltarse.
Alcanzamos los meses y el sujeto sigue en paradero desconocido, aunque apenas se habla ya de ello. Dando un paseo, llego a la altura de uno de esos postes en los que debería de encontrarse aún uno de aquellos carteles-denuncia. A simple vista no lo veo, pero tras observar un instante detenidamente, observo que sí que se encuentra, pero que se halla tapado por otros letreros, por otros anuncios. Uno de ellos proclama una desesperada búsqueda de un compañero de piso no fumador, otro ofrece una ganga en alquiler frente al mar, un tercero da noticia de un individuo a punto de abandonar su condición de soltero en beneficio -o no- de la de casado... y así.
Finalmente, abandono el lugar y la reflexión se me hace inevitable: Ahora sí. Definitivamente, ha desaparecido.

jueves, noviembre 08, 2007

Bautizarse o morir

El hombre es un ser que nace dos veces. Puede que incluso más. Eso mismo debió pensar el hasta entonces afamado científico Charles H. LeFontaine cuando decidió que quería dedicar el resto de sus días a vivir -y morir cuando fuera menester- como un tubérculo. Nunca se supo cual en concreto.
También volvío a ser concebido de similar manera, su gran amigo y ex-compañero de profesión, Julius Von Tolstof, que lejos de compartir la experiencia vital propia de un bulbo, dedicó su tiempo a unir dos de sus grandes pasiones, esto es, la mímica con la mimética, lo cual le permitió la gratificante posibilidad de hacer enormemente el ridículo sin la posibilidad de ser visto.
Pero el caso que quizá mas ha llamado la atención y más controversia ha levantado en los últimos tiempos, es el del antiguo odonato de membranosas alas, que al carecer de un nominativo pronunciable nos referiremos al mismo como Johan, nombre designado por el comité de actividades inexplicables de la Universidad de Columbia, con sede en el margen del río de mismo nombre.
Johan -el cual renació una primavera de 1999- preocupado desde que tuvo capacidad de aletear por los asuntos relativos a la extinción de la vida, abandonó de manera repentina los hábitos propios de su condición de paleóptero y dedicó sus esfuerzos a una profesión que satisfaciera sus pretensiones, que le permitiera sentirse realizado, en definitiva, que le permitiera entrar en casa justificado. Así es como se hizo dentista.
Se recicló en dentista porque veía clara la semejanza de la odontología con la muerte. No sólo por la existencia de encuestas que revelaban mayor pánico en la revisión anual que por la defunción, sino por la figura en sí del especialista dental. Si bien el imaginario medieval de la muerte, nos presentaba a ésta como un encapuchado/a de larga túnica, tez blanca y afilada guadaña, el dentista actual viste de blanco inmaculado y en lugar de guadaña porta un no menos afilado afilado bisturí e incluso un -muy poco elegante- taladro. También encontró Johan otro hecho no menos interesante. El fallecimiento, la muerte, podía ser sobrevenida, inesperada, mientras que con el llamado sacamuelas, la experiencia iba acompañada de cita previa.
No sabemos con certeza si Johan logró su deseo de entrar en casa justificado, pero lo que sí es cierto, es que durante los años que ejerció la actividad profesionalmente, demostró ser un gran experto que seguramente contribuyó a aumentar las estadísticas.