viernes, marzo 28, 2008

Desesperanto

Si bien es cierto que Tolstói era un firme defensor del esperanto, eso por sí solo no justifica la reciente medida tomada como consecuencia de la orden ministerial emitida por el titular del departamento de cultura de la República de Panoplia, que expresaba la irretroactiva voluntad de traducir todos sus clásicos en dicha lengua. Dicho titular, el ejemplar Albruss Hoffman apoyó su postura con un escueto "A Tolstói le habría encantado".
La disposición ha sido acogida con gran fervor por los conciudadanos panoplianos, de manera que el gobierno se ha visto forzado a ampliar dicha medida hacia otros clásicos de la literatura rusa como "Crimen y castigo" y " Cien tubérculos para Rostov". De hecho, es tal el entusiamo con que se ha acogido la norma, que el propio señor Hoffman ha tenido que comparecer hace tan sólo pocas horas para tranquilizar a las leídas masas, expresando al efecto que pronto se encontrarían a disposición del público los primeros volúmenes, pudiendo así comprobarse empíricamente los resultados, a ser posible con un texto de Ana Karénina y un tubo de ensayo.
El proceso de traducción, hay que decir que ha distado de ser sencillo. Dada la escasez de individuos dotados de manifiesta competencia en el manejo de las lenguas rusa y esperanta, se estimó necesaria la apertura de un proceso de concurrencia competetiva a fin de que se hiciera con el puesto el sujeto más capaz.
Por otra parte, según hemos podido saber, desde el propio ministerio de cultura los pocos afortunados que han tenido acceso a algunos de los borradores de las transcripciones están absolutamente encantados con el resultado obtenido, llegando incluso a emplear el calificativo de brillante. Sin embargo, admiten sin reserva que quizá alguno de los traductores haya obrado de manera demasiado influyente con respecto a la obra tratada, pero que en todo caso se tratan de ligeros cambios apenas perceptibles incluso para los más puntillosos puristas y expertos en la materia. En concreto, en el borrador denominado "Milito kaj paco" -correspondiente a "Guerra y paz"-, se ha sabido que en lugar del príncipe Vasili se ha introducido el personaje de un tucán parlanchín muy mirado de sí mismo y en cuanto al hijo del conde Bezújov, Pierre, ha sido hábilmente suplantado por un marionetista francés exiliado del gobierno napoleónico.
Tambíen se estima que provocará controversia algunos de los cambios efectuados en la obra de Fiódor Dostoyevski. Aunque en este caso no hay nada claro, es posible que en "Krimo kaj puno" ("Crimen y castigo") Rodion Romanovich Raskolnikov, en vez de estudiante fuera preceptor, y en vez de atracar a una vieja usurera, él mismo fuera víctima de un atraco perpetrado por una anciana armada con un paraguas y un bolso repleto de cuarcita.
No sabemos en qué diablos acabará todo esto, pero sí conocemos que León Tolstói falleció en la estación de ferrocarriles de Astápovo, tras haberse fugado de su propia casa, víctima de un arrebato fruto del grave conflicto moral que le provocaba la contradicción entre sus ideales y su elevada posición social. No obstante, tenemos conocimiento de la existencia de esperantistas convencidos aficionados a la parapsicología, que afirman que la muerte del genio literato se produjo tras la extraña visita de un visitante proveniente del futuro que le dió a conocer el rotundo fracaso de la lengua universal creada por su admirado Zamenhof una tarde de 1887.

domingo, marzo 16, 2008

Empleolópodos

Decía el poeta que antigüamente la mayoría de los niños andaluces soñaban con ser toreros de renombre. Yo, que lejos de ser niño y mucho menos andaluz, sino que más bien me temo que pertenezco a una de las clases de cefalópodos de las que el hombre posee conocimiento, también tenía mis propias aspiraciones en la vida. Y digo tenía porque escribo desde una de las más adversas situaciones a la que me he visto obligado afrontar desde mi condición de calamar. Me refiero, naturalmente, al desempleo.
Es duro que te den la patada cuando uno ha puesto su vida y alma en el trabajo. En mi caso concreto, mi ocupación supuso unos 15 años como entintador al servicio de las prestigiosa gaceta de tirada internacional Daily Ugly. Un buen día, sin ninguna queja previa durante los años que estuve al servicio de la empresa me despidieron. Me acusaron de resaltar excesivamente la palabra confeti en la publicación correspondiente al 2 de octubre de 1.989, lo cual fue calificado como falta muy grave por los dirigentes del periódico, dada la evidente mala intención con la que estaba realizada dicha acción según ellos. Acción que, dicho sea de paso estoy convencido que fue realizada con premeditación, nocturnidad, alevosía y abyección por mi entonces compañera de trabajo y raza, la llamada Srta. Tiffany. En el fondo, ahora que lo observo con perspectiva, es algo que ya sabía. Desde que vi asomarse en la oficina a esa ambiciosa sepia agitando sensualmente sus tentáculos y guiñando su ojo, en un gesto lleno de artificiosidad, supe que iba a traerme problemas. Intuía su condición de pisacabezas a cualquier precio.
Que le aproveche mi puesto; ya me da igual. Ahora tengo más amigos que antes que se encuentran en idéntica situación a la mía. Y es que otra cosa no, pero el desempleo hace que conozcas gente. Entre entrevistas de trabajo, pruebas de selección y cursos de formación, uno tiene la agenda telefónica repleta.
Lo único negativo es que siempre que nos encontramos fruto del azar en mitad de una calle, dos de nosotros, sujetos sin empleo, tras el el saludo de rigor la pregunta siempre es la misma: ¿qué tal? ¿estas currando?

viernes, marzo 07, 2008

Pilongadas xilofonales

Según el reconocido economista de ascendencia hebrea Mr.Blackboard en su celebrada declaración en el III Foro Mundial de Finanzas y Palimpsestos celebrado en Etiopía los impares días de 15, 19 y 23 de febrero de este mismo año, realizada ante una multitud de los principales representantes de organizaciones tan prestigiosas como el Sin Fondo Monetario Internacional, la Cofradía Nacional-Socialista de Taxidermia y el Sindicato del Títere entre otras, vaticinó como nueva fuente de enriquecimiento inmediato en los próximos años la venta ambulante de castañas asadas. Dicha comunicación fue acogida con profundo y teatral fervor entre los asistentes, excepción hecha del alto comisionado de la Fundación Interinsular de Mímica, que ante tal entusiasmo optó por guardar respetuoso silencio.
Concretamente, el extracto de la exposición que levantó tal revuelo fue el que ya han recogido en sus principales páginas prácticamente todos los medios de relevancia y que a continuación para los desconocedores de la misma he estimado conveniente reproducir:

"Recomiendo con afán la profesión de castañero. Señores, ahí hay mucho dinero" [...] "Yo conocí a un tipo que adquirió una vivienda gracias a la venta del fruto propio del castaño. Si ustedes, caballeros, traducen ese dato a cantidades económicas, ¿Sabén la cantidad de xilófonos que pueden obtenerse con esos efectivos?. Sin duda, se trata de un negocio pilongo"

He de reconocer que por mi parte, estoy absolutamente convencido. Claro que, en la tan aclamada manifestación omitió señalar el número exacto de años que pasó aquel tipo comerciando con frutos, pilongos o no, antes de obtener el patrimonio suficiente para hacerse por medios legales con una primera vivienda. Pero bueno, a falta de hogar, buenos son xilófonos.