Yo, si tengo que hacer un obsequio, procuro siempre regalar palabras compuestas.
Así, acostumbro a gratificar a mis homenajeados con portalámparas, pisapapeles, cortaplumas puntiagudos, aguardientes con abrebotellas, cascanueces de Tchaikovsky, pasapurés que dejan cariacontecido, puntapiés para caraduras, mondadientes por Nochebuena, temtempiés con hierbabuena, matasuegras para cascarrabias, quitanieves, quitamiedos, quitamanchas, tragaperras para buscavidas, testaferros para malpensados, alzacuellos bienaventurados, rompecabezas para sabelotodos, sacapuntas de hojalata, salvavidas para benefactores, mapamundis para cejijuntos, trabalenguas de hazmerreír, guardarropas con telarañas, paracaídas para astronautas, micrófonos para cantamañanas, pararrayos, lanzallamas para malhumorados, tocadiscos para sordomudos, salvoconductos para hispanoamericanos...
Y si no les gusta, que los descambien por una bola loca.
viernes, junio 15, 2007
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2 comentarios:
Olvidas que a Thomas le regalamos una trompetita y una pelota rosa de la Princesa Cisne.
Hola Coke, he descubierto un fallito en un artículo de tu blog, precisamente este, en el cual has utilizado mal el vocablo temtempiés pues es tentempiés, un pequeño fallito que no oscurece en lo más mínimo la brillantez de tu blog
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