IV
Pedí a un ladrón que robara para mí un melocotón
y elevó la mirada.
Pedí a una esbelta dama que se tumbara
y lanzó exclamaciones pías y sumisas.
En cuanto me volví vino un ángel (con traje de doncella).
Guiñó un ojo al ladrón
y sonrió a la dama.
Sin decir palabra
cogió un melocotón del árbol
y, vestido aún de doncella
gozó de la dama.
William Blake
viernes, febrero 23, 2007
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2 comentarios:
Tengo gusto de leer sobre otras vidas de la gente y el tuyo es interesante .
Curiosa manera de linkear a una web
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