miércoles, noviembre 01, 2006

Alan Ladd (conclusión)

Repasar la filmografía de Alan Ladd me permitió descubrir grandes obras como Raíces profundas, El rebelde orgulloso, La dalia azul, Los insaciables..., pero sobre todo ayudaban a distraerme. Me alejaban de mis pensamientos, y eso en la situación en la que me encontraba, ya era mucho. Estas sesiones de cine, junto con las visitas diarias a Forest Lawn fueron dando un sentido a mi vida. Un sentido en el que todo giraba en torno a Alan Ladd.
Poco a poco fui recuperando la vida, gracias al mismo hombre por el que la había perdido.
Y una mañana, la conocí a ella. La conocí en Forest Lawn; ella también había ido a depositar flores a Alan. Nunca le conté mi historia, ni ella la suya a mí, pero nos enamoramos. Todo gracias al Sr. Ladd. Sentí como si hubiera nacido de nuevo; incluso me bauticé.
Y así fue como reconstruí mi vida a partir de una muerte, una vida más feliz y dichosa que la que tenía anteriormente. Así de caprichoso es el destino.
Por supuesto que continué acudiendo a diario a visitar a mi amigo el pequeño gran actor, pero esta historia acaba el día que le propuese matrimonio a mi compañera. Sólo llevábamos unas pocas semanas juntos, pero así son las cosas. Fue una cosa así:
-Quiero que nos casemos, Susan. Tú eres mi vida.
¿Estás seguro? ¿Es eso cierto? ¿No me tomas el pelo? -respondío ella entre lágrimas.
-Estoy seguro, y esto que te he dicho es tan cierto como que Paul Newman tiene los ojos azules.
Lo dije sin pensar, se me escapó. Y la respuesta de ella cayó sobre mí como una losa.
-Pero si los tiene verdes - contestó ella.

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