viernes, agosto 18, 2006

Cocina-equilibrista (2ª parte)

A raíz de su gran descubrimiento, John Dexter Sullivan puso todo su empeño en perfeccionar su técnica hasta el límite de lo imaginable y lo equilibrista, y una vez preparado para ello, decidió exponer al mundo su obra de arte, porque la cocina de John, no era menos arte que El Pensador de Rodin o La muerte tenía un precio, de Sergio Leone.
El éxito fue absoluto, desbordante. Sin más publicidad que el boca a boca de los parroquianos, su humilde restaurante y por extensión su persona, fueron subiendo como la espuma en cuanto a fama, de manera que a los pocos meses sus platos eran inmensamente conocidos en todo el mundo:
tartufo de pan de higo elevado sobre hilo de cabello de ángel, sinalefa de gazpacho sobre bastón de coco caramelizado, bordón de cáscara de almeja sobre metáfora de huevo dinámicamente hilado, vertical de tiramisú sobre suprema de piriñaca elevada sobre espiral abovedada de mero... .
Cada plato constituía por tanto, un reto a las leyes de la física, a la gravedad, a Newton, a la manzana, al árbol, a la naturaleza.. . Nunca se supo cual era el secreto.
La rápida celebridad de la que gozó el restaurante de John, le permitió hacer reformas sobre su local, con el paso del tiempo aún más reformas, luego sucursales, sucursales de éstas sucursales,
tiendas de merchandising, sucursales de tiendas de merchansing; era un aumento sin límite. En pocos años, el mundo estaba lleno de restaurantes de John Dexter Sullivan. El equilibrismo estaba de moda, y prueba de ello fue la superproducción hollywoodense estrenada en 1.976 con el título de El equilibrismo funambulista del Sr. Sullivan, que trataba con cierta ficción la vida de John, y finalizaba con muchas banderas barriestrelladas una encima de otra, en perfecta armonía malabarista. El fenómeno parecía irreversible.
Los restaurantes de John, constituían en sí mismos un homenaje a la actividad funambulista. Los camareros atendían a las mesas desplazándose sobre un delgado alambre y la propia estructura de cada establecimiento se apoyaba sobre una pequeña tira de papel tornasol.
El Sr. Sullivan, quien gozaba a cada instante de mayores honores, pronto alcanzó mayor estatus que la mayoría de jefes de estado y era un habitual en todo acto de relevancia, siendo el culmen de todo esto, el asiento permanente que le fue concedido en la sede de las Naciones Unidas el 2 de Mayo de 1.982... (continuará)

No hay comentarios: